¿Por qué algunas personas se sienten intimidadas por los demás? ¿Por qué otras se defienden acusando y peleando contra los demás? ¿Es la asertividad algo heredado? ¿O, la conducta asertiva se aprende?
Cuando hablamos de asertividad nos estamos refiriendo a una habilidad o competencia. Al igual que aprendemos a conducir, y nuestra habilidad va mejorando con la práctica; la asertividad también se puede mejorar. Es decir, podemos ser más o menos asertivos en función de nuestras experiencias y oportunidades de aprendizaje. Veamos detenidamente qué factores pueden influir en la conducta asertiva.
La adaptación excesiva a lo que los demás esperan de nosotros
El ser humano es un ser social. En nuestra historia evolutiva pertenecer a un grupo ha significado mayor probabilidad de superviviencia, ha supuesto una ventaja muy importante para nosotros. Aún hoy en día el sentimiento de pertenencia a un grupo sigue siendo algo muy reforzante y que nos hace sentir muy bien. Las habilidades o destrezas a la hora de relacionarnos con los demás son claves para conseguir formar parte de los grupos. Si desarrollamos unas buenas habilidades sociales, entre ellas la conducta asertiva, no tendremos dificultades para sentirnos aceptados por los demás. Sin embargo, si nuestras habilidades sociales son escasas, o no hemos tenido las oportunidades necesarias para desarrollaras; es de esperar que busquemos esta aceptación de cualquier forma, aunque esto suponga no tener en cuenta nuestras necesidades, preferencias, ideas y sentimientos.