
El sexo es saludable. Muchos expertos recomiendan su práctica a diario porque mejora la salud física y mental. Y a muchas personas les gusta practicarlo a diario solas o en pareja. El problema está cuando su práctica se convierte en un deseo incontrolable. Es entonces cuando hablamos de una adicción al sexo, una patología que se caracteriza por pensamientos obsesivos y conductas irrefrenables, y que requiere, como con otras adicciones, la ayuda psicológica. Acudir a un equipo especializado en conducta sexual y bienestar emocional puede ser clave para recuperar el equilibrio y desarrollar un vínculo más saludable con la sexualidad.
La adicción al sexo o sexoadicción es también conocida con el nombre de trastorno hipersexual (THS). Se trata de una conducta de no control sobre el comportamiento sexual que provoca dependencia y abstinencia. Al igual que sucede con otras adicciones, la persona suele tener esta conducta con el fin de liberar tensiones, ansiedad u otros estados de ánimo perturbadores. Es decir, la persona ve el sexo como una necesidad, pero no como un auténtico placer o disfrute.
Esto mismo sucede con las personas que son adictas a las drogas, al juego o al alcohol, ya que nunca se ven saciadas y lo que buscan no es en sí el placer, sino el poder eliminar el malestar emocional que sienten.
Existe por tanto una dependencia, en este caso por las relaciones sexuales o masturbación, porque la persona siente que sin el sexo no va a poder continuar con su vida, no va a poder funcionar.
Pero, además, el sexo, en vez de generar placer y bienestar, en el caso de la adicción, lo que provoca es malestar, culpa y depresión.
Este trastorno se caracteriza por un aumento en la frecuencia e intensidad de las fantasías, excitación, impulsos y conductas sexuales no parafílicas que se ocasionan con impulsividad, lo cual provoca un malestar en la persona, así como deterioro en las relaciones de pareja, sociales, en el trabajo, …
La adicción al sexo se manifiesta de diferentes formas: masturbación compulsiva, relaciones promiscuas breves con diferentes parejas (homosexuales o heterosexuales), con desconocidos, consumo asiduo de pornografía, asistencia a prostíbulos, etc.
En definitiva, se dan una serie de síntomas:
Entre el 85 y 90% de las personas que demandan atención psicológica por adicción al sexo son hombres, y a la mayoría se les detecta antes de los 18 años.
Muchas personas adictas al sexo tienen en común ciertos rasgos de personalidad, como es el hecho de ser impulsivos, subestiman el daño, buscan actividades de riesgo, buscan la satisfacción permanente, son narcisista, … Pero, además, puede darse ciertos trastornos como la depresión, ansiedad, abuso de alcohol y drogas, etc.
También se ha podido observar que algunas personas que padecen hipersexualidad han sufrido en la infancia algún abuso o trauma sexual. También se ha constatado que existe más más predisposición a padecer adicción sexual en aquellas personas que han vivido en contextos como familias desestructuradas, fracasos de pareja, entre otros.
Como decimos, la adicción al sexo conlleva una dependencia en todo lo que tiene que ver con el sexo. Para la persona afectada, el sexo es el centro de todo en su vida, dejando de lado todo lo demás, y eso trae consigo consecuencias negativas para su día a día.
Además, como no hay planificación, sino impulsividad esto supone consecuencias desastrosas para las relaciones monogámicas por la infidelidad, pero también ciertas prácticas ponen en peligro la salud e incluso la vida de quien sufre adicción al sexo.
A fin de cuentas, aquello que se realiza compulsivamente no está precedido de una decisión pensada y reflexionada, por lo tanto, existe una exposición a ciertos riesgos que, si la persona reflexionara, no los asumiría. Es el caso de las enfermedades de transmisión sexual, embarazos indeseados, problemas con compañeros de trabajo, ruptura de la pareja por infidelidad, e incluso la posibilidad de tener problemas con la Ley.
En resumen, estas son las consecuencias más habituales en las personas que sufren adicción al sexo:
La adicción al sexo es un problema difícil de detectar por otras personas, ya que las personas afectadas suelen sentir culpa y vergüenza lo cual hace que lleven su angustia en silencio para tratar de minimizar su realidad.
En cuanto al diagnóstico profesional, los psicólogos tratamos de encontrar las diferentes causas que pueden estar detrás de la adicción al sexo:
En ACM Psicólogos podemos ayudarte a diagnosticar si realmente sufres adicción al sexo y a qué causas es debido. Una vez que tenemos el diagnóstico vamos a proceder al tratamiento en diferentes fases: desintoxicación y deshabituación, normalización, cambio de tu estilo de vida anterior y búsqueda de nuevas metas que sean una alternativa a la adicción. También te acompañaremos para evitar posibles recaídas.
Con la terapia cognitivo-conductual individual en ACM Psicólogos vamos a tratar de disminuir el nivel ansiedad y te daremos las herramientas necesarias para que puedas controlar tus impulsos, tus pensamientos recurrentes y que aprendas a identificar las causas de tu malestar.
Si la causa de tu adicción sexual ha sido una vivencia traumática, en ACM Psicólogos también podemos desarrollar la terapia EMDR para que puedas asumir experiencias pasadas que te traumatizaron y desconectarte de ellas. Al quitar esa falsa sensación de bienestar podrás controlar el hábito y conectarte a respuestas más óptimas que actúan como conductas totalmente saludables.
En definitiva, en ACM Psicólogos podemos ayudarte a afrontar la adicción al sexo para que las relaciones sexuales dejen de ser un acto impulsivo y dependiente y vuelvas a disfrutar de la dimensión placentera y relajada del sexo. Contacta con nosotros e infórmate de cómo, con la terapia cognitivo conductual y la terapia EMDR, lo podemos conseguir.
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