La pérdida de un ser querido siempre nos provoca una honda tristeza. Pero si su fallecimiento ha sido por un suicidio, el impacto es tan brutal que, tras el suceso, el pensamiento de lo que ha ocurrido nos acompaña constantemente. El duelo por suicidio que experimentan los supervivientes (que es así como se llaman a los familiares y amigos de la persona que ha perdido la vida por un suicidio) tiene unas características diferentes al resto de duelos.

El hecho de que una persona cercana y querida sufra una muerte autoinfligida no siempre es algo que nos podamos explicar, además de que resulta ser repentina e inesperada.

Es por eso que en este artículo de ACM Psicólogos queremos explicar por qué es tan particular el duelo por suicidio y qué podemos hacer para superarlo de la forma más sana y adecuada posible.

Fases del duelo por suicidio

¿Por qué el duelo por suicidio es diferente?

El duelo es un proceso normal por el que pasamos las personas cuando perdemos a alguien o a algo. Dependiendo de la pérdida que se trate, este proceso será de mayor o menor intensidad, pero por lo general conlleva ansiedad, mucha tristeza, depresión, alteraciones de sueño, sentimientos de culpa, sensación de vacío, etc.

El duelo es un proceso de maduración y aprendizaje y de forma más o menos consciente, tenemos que conseguir deshacernos de los lazos que nos unían a la persona fallecida, adaptarnos a su pérdida y encauzar nuestra vida sin esa persona.

Este proceso de duelo suele durar hasta dos años, pero si pasado ese tiempo la persona superviviente sigue sufriendo en exceso y no consigue avanzar en las etapas del duelo, es posible que estemos ante un duelo patológico.

Algunas cuestiones que diferencian al duelo por suicidio de otros tipos de duelo es que la persona superviviente suele sentir una culpa irracional con pensamientos reiterados buscando el por qué ha sucedido y, en algunos casos, debido a la estigmación social y al hecho de que el suicidio sigue siendo un tema tabú, puede darse la ocultación y vergüenza.

Otra razón por la que el duelo por suicidio es tan complicado es porque la persona que se ha suicidado ocultó o no aceptó ayuda de sus seres queridos. Muchos supervivientes, tras analizar lo sucedido, se culpan de no haber podido ayudar o no haberse dado cuenta de qué es lo que estaba sucediendo para haberlo evitado. Pero lo cierto es que la conducta suicida es una de las más complejas del ser humano. Es por eso que detrás de una apariencia normal puede esconderse un enorme sentimiento de soledad y sufrimiento que no es siempre sencillo de detectar, más aún para las personas que no tienen conocimientos previos sobre el suicidio.

En definitiva, ante una muerte repentina e inexplicable que sentimos que podría haberse evitado, se produce un sufrimiento aún más traumático que en otro tipo de muertes.

¿Cómo es el duelo por suicidio?

-En el mismo día de conocer lo sucedido

Las reacciones ante esta situación tan inexplicable pueden ser de todo tipo:

  • Bloqueo emocional que impide incluso llorar o sentir dolor.
  • Negación o incredulidad ante lo que ha sucedido.
  • Culpa, autorreproches.
  • Dolor y mucha pena.
  • Rabia y enfado.
  • Vergüenza.
  • Pensamientos intrusivos que vienen a la mente una y otra vez.

Todas estas reacciones son absolutamente normales y forman parte del proceso de duelo. Nadie nos prepara para un suceso así. Por eso es también normal que aparezcan síntomas de ansiedad, llantos, gritos, problemas gástricos, trastornos del sueño y de la alimentación, etc.

No obstante, la intensidad de aquello que sentimos también va a depender de varios factores, como es el hecho de ser la persona que encontró muerto al ser querido, de si nos pudimos despedir, de cómo conocimos la noticia y de lo inesperada que fuera, si hay nota de suicidio y qué es lo que en ella se dice, etc.

-Hora de buscar explicaciones

Una vez que somos conscientes de lo sucedido y estamos más calmados, empezamos a buscar una explicación a lo sucedido.

  • Es normal preguntarse los porqués a todo lo que ha pasado: por qué la persona ha actuado así, por qué no nos dimos cuenta, …
  • A la vez que sentimos culpa, también podemos sentir rabia y enfado: cómo no ha pensado en su familia y el dolor que causaría, por qué no ha confiado en y mí y no me dijo nada, etc.
  • Analizamos de forma obsesiva las conversaciones y momentos más recientes compartidos con la persona fallecida.

-Empezamos a comprender

Con el tiempo nos vamos dando cuenta de que lo que pensábamos al principio no es correcto, y que las causas del suicidio no responden a un único hecho. Y puesto que vamos entendiendo las cosas y que todos guardamos una parcela privada en nuestras vidas, ya no nos preguntamos por los porqués. Y el sentimiento de culpa se va reduciendo.

Es entonces cuando entendemos que probablemente no hubiéramos podido evitar la muerte de nuestro ser querido, aunque a su vez esto nos empuja hacia el miedo ante la posibilidad de que la situación se vuelva a repetir con otro ser querido sin ser capaces de remediarlo.

-Aceptación

En el proceso del duelo por suicidio vamos avanzando hasta aceptar que lo que ha sucedido es real y que tendremos que seguir viviendo sin esa persona. Y, aunque nada vuelva a ser igual, podemos seguir adelante.

También aceptamos que la persona sufría en exceso y, aunque para nosotros sea incomprensible, esa persona solo encontró en el suicidio el fin de todo su sufrimiento. No obstante, ya podemos aceptar que esa fue su decisión, aunque nos parezca errónea y equivocada.

-Perdón

Finalmente comprendemos que con su decisión no quiso hacernos daño y que posiblemente no imaginaba el dolor tan grande que causaría en las personas que le querían. Por eso podemos perdonar a la persona por su decisión y nos podemos dar permiso para volver a disfrutar de la vida, aunque no sea la misma y no podamos olvidarle.

superar duelo por suicidio

Así podemos ayudarte a superar el duelo por suicidio en ACM Psicólogos

Aquellas personas que van elaborando un duelo por suicidio de forma adecuada, al final consiguen recuperar recuerdos positivos de la persona desaparecida. Pueden volver a hablar de esa persona con naturalidad sin sentir tanto dolor, emoción o angustia. Incluso, hay quienes, una vez superado el duelo por suicidio, vuelven a disfrutar de momentos vitales y celebraciones.

Sin embargo, hay personas que viven en familias que han querido ocultar lo sucedido o no han llegado a conocer la verdadera causa de la muerte del ser querido. Es por eso que siguen anclados preguntándose el porqué de las cosas, siguen sintiendo vergüenza por lo sucedido y no son capaces de compartir sus sentimientos. Ante esta situación, el sufrimiento continúa y el proceso de duelo no termina.

En estos casos en los que el duelo por suicidio se convierte en patológico o simplemente para evitar que esto suceda, la ayuda de un psicólogo profesional resulta fundamental.

-Terapia cognitivo conductual

En ACM Psicólogos podemos ayudarte a superar el duelo por suicidio, así como la angustia y el sufrimiento que no te dejan continuar con tu vida. Para ello contamos con la terapia cognitivo conductual que nos permitirá a los psicólogos realizar un análisis de las conductas que estás desarrollando, así como los antecedentes y consecuencias. También evaluaremos y te facilitaremos las herramientas necesarias para que puedas afrontar esta situación de la mejor forma posible.

Poco a poco los niveles de ansiedad se reducirán y podrás gestionar tus emociones para enfrentarte a las diversas situaciones.

-Terapia EMDR

También es útil la terapia EMDR para superar el duelo por suicidio. Esta terapia permite procesar los traumas, algo que es muy probable ante una muerte tan repentina e inexplicable. Con la terapia EMDR podemos ir digiriendo las emociones para poder avanzar en el proceso de duelo por suicidio hasta finalizarlo.

Si te sientes identificado con estas emociones y necesitas ayuda para superar las complicaciones de un duelo por suicidio, puedes contactar con ACM Psicólogos. A través de diferentes técnicas y terapias, en formato online o presencial, podrás superar la situación para retomar tu vida con mayor serenidad.

 

5/5 - (2 votos)