La fobia escolar es un motivo bastante frecuente de consulta a nuestra psicóloga infantil. El hecho de que un niño, de forma repentina, se niegue a ir al colegio y sufra ansiedad y angustia ante la sola idea de tener que acudir al centro educativo, levanta las alarmas de cualquier padre comprometido.

Si este es tu caso y sospechas que tu hijo sufre fobia escolar y quieres saber cómo puedes ayudarle a superarla, este artículo de ACM Psicólogos te interesa. Enseguida te contamos las claves para entender esta situación e intentar manejarla.

Psicólogo infantil para fobias

¿Qué es la fobia escolar?

Podemos definir la fobia escolar como la incapacidad total o parcial del niño de acudir al colegio como consecuencia de un miedo irracional a algún aspecto de la situación escolar.

Ante la idea o posibilidad de acudir al colegio, el niño con fobia escolar siente angustia anticipatoria, ansiedad y malestar físico. Sin embargo, con la llegada del fin de semana o de las vacaciones esa angustia desaparece y mejora el estado de ánimo.

En cuanto a la prevalencia de la fobia escolar, hay que tener en cuenta que es independiente del rendimiento escolar. Tampoco influye el hecho de ser hijos únicos o con hermanos. Y aunque puede aparecer a diferentes edades, es frecuente que se dé a partir de los 12 años de edad.

No obstante, no hay que confundir la fobia escolar con otros problemas que puedan surgir en el entorno escolar que también hacen que el niño no quiera ir al colegio, como ocurre cuando hay conflictos con los compañeros o problemas de aprendizaje.

Tampoco debemos confundir la fobia escolar con la ansiedad por separación, que es el miedo a alejarse de las figuras de apego, como los padres, los abuelos, etc. Ambos trastornos pueden darse en un mismo niño, pero también pueden aparecer de forma aislada.

Síntomas y manifestaciones de la fobia escolar

Los niños aquejados por este trastorno suelen mostrar los siguientes signos que nos ayudan a detectar el problema:

  • Angustia anticipatoria. Como ocurre con otras fobias, el solo hecho de imaginar que va a tener que ir al cole, provoca en el niño una tremenda angustia y ansiedad justo antes de entrar al colegio o la tarde previa.
  • Llantos, gritos y quejas.
  • Irritabilidad y explosiones de ira, sobre todo en los niños más pequeños.
  • Conductas negativistas de rechazo a obedecer.
  • Estado de ánimo bajo, aparece la tristeza y la apatía.
  • También puede existir una dependencia hacia los padres, razón por la cual muchas veces pensamos en que se trata de ansiedad por separación.
  • Reacciones somáticas. Los niños somatizan la angustia y sienten:
  • Dolor de cabeza
  • Molestias gastrointestinales, como es el caso de náuseas, vómitos, diarreas, dolor de estómago…
  • Dolores musculares
  • Aumento de las pulsaciones
  • Problemas para comer, inapetencia
  • Problemas de sueño ante tanta agitación y angustia.

Por lo general, todos estos síntomas son más frecuentes los domingos por la noche y los lunes por la mañana, y después de los periodos de vacaciones. En ocasiones, una vez que el niño ya está en el colegio los síntomas desaparecen y no vuelven a surgir hasta el día siguiente, ante la perspectiva de ir de nuevo al colegio.

Ante este cuadro de síntomas, los padres suelen sentir una gran alarma, y también consienten que el niño se quede en casa, lo cual puede provocar ausencias prolongadas en el cole.

Tanto alarmismo puede ser contraproducente a la hora de abordar el problema. Es mejor, buscar ayuda sin añadir más nerviosismo a la situación.

Miedo al colegio

Causas de la fobia escolar

En muchas ocasiones, el niño puede especificar cuál es el motivo de su ansiedad. Puede ser miedo a un profesor, a una asignatura, a los exámenes, etc. En otras ocasiones el niño no es capaz de concretar qué es lo que le está causando fobia al colegio.

También puede aparecer fobia escolar por haber observado u oído una mala experiencia en otros niños, aunque él no lo haya vivido en primera persona.

Hay que tener en cuenta que determinados rasgos de la personalidad del niño pueden favorecer la aparición de fobia escolar. Es el caso de los niños con timidez, escasas habilidades sociales, gusto por la soledad o aislamiento, y también los niños que están  sobreprotegidos.

Cómo se diagnostica el miedo irracional al colegio

Muchos niños pueden pasar por momentos en los que se resistan a ir al colegio, pero esto no tiene por qué ser fobia, sino circunstancias que el pequeño aún no sabe cómo resolver y quiere esquivarlas como sea. Hay un grado de queja que los padres debemos comprender y mostrar apoyo, ya que al pasar tantas horas en clase pueden sentirse cansados y tienen derecho a quejarse un poco.

En cualquier caso, los padres tenemos aquí un papel fundamental, ya que debemos tratar de averiguar a qué se deben sus quejas y malestar y en qué momentos el niño se siente mal (en clase, en el recreo, en el comedor, …)

Pero cuando el rechazo a ir al cole se extiende en el tiempo y vemos que el niño siente un sufrimiento importante y comprobamos que en el colegio no saben cómo ayudarnos, es el momento de pedir ayuda profesional.

Hay que tener en cuenta que cuando el niño llega a la consulta del psicólogo infantil, la fobia escolar ya lleva un tiempo de evolución y puede que el absentismo haya sido prolongado. Es importante intervenir a tiempo para evitar un posible fracaso escolar, pero también impedir que el niño desarrolle síntomas depresivos.

Cómo tratar la fobia escolar

Tratamiento psicológico para niños y adolescentes

Una vez que nuestra psicóloga infantil comprueba que el niño sufre fobia escolar, es el momento de intervenir y tratar de modificar la conducta del niño y, sobre todo, conseguir que el niño asista a clase cuanto antes. La exposición progresiva al estímulo que causa fobia, es decir, la escuela, hace que muchos síntomas de ansiedad se vayan reduciendo.

Los padres pueden ayudar mediante incentivos, y nunca con castigos. Es decir, podemos proponer al niño una actividad divertida tras la salida del colegio. Pero lo más importante es que los padres no contagien de miedo al niño, sino que transmitan seguridad ofreciendo herramientas para superar sus miedos.

Nuestra psicóloga infantil podrá enseñaros cuáles son esas herramientas que podéis utilizar tanto el niño como los padres, así como otros recursos que os servirán para combatir la ansiedad y aprender cómo relajarse ante determinadas situaciones.

En definitiva, el tratamiento va a ir dirigido a modificar las creencias y pensamientos negativos irracionales, a la vez que entrenamos las habilidades del niño para que pueda afrontar las situaciones temidas y evitadas.

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