¿Qué padre no ha consolado a sus hijos después de alguna pesadilla ocasional? Si tienes hijos seguro que te has enfrentado a esta situación, sin embargo, si tu hijo ha sufrido terrores nocturnos, no habrás podido calmarle, a pesar de tus intentos.

Esto es así porque las pesadillas y los terrores nocturnos se parecen, ya que son interrupciones del sueño, pero no son los mismo. Aunque los terrores nocturnos son más dramáticos que las pesadillas y causan tanta alarma en los padres, no suelen ser motivo de preocupación ni síntoma de algún otro problema más serio de salud física o emocional.

No obstante, si tu hijo padece terrores nocturnos conviene que sepas cómo identificarlos y cómo actuar para sobrellevar esta situación. Por eso, en nuestro blog de ACM Psicólogos queremos que conozcas todo al respecto.

¿Qué son los terrores nocturnos?

Los terrores nocturnos pertenecen, dentro de los trastornos del sueño, a las que se conoce como parasomnias. Consisten principalmente en la aparición repetida de despertares bruscos que suelen estar precedidos por gritos o llantos de angustia.

Si te has enfrentado a esta situación habrás comprobado que durante el episodio es difícil despertar o calmar a tu hijo; y si finalmente lo consigues, tu pequeño no recordará nada o quizás solo recuerde imágenes aisladas.

Los terrores nocturnos suelen empezar entre 4 y los 12 años y suele ser más frecuentes en niños que en niñas. A pesar de ser algo propio de la infancia, también puede darse en adultos, aunque la prevalencia en estos es menor al 1%. En el caso de los adultos es bastante importante observar si se hay ocultas otras circunstancias más preocupantes, ya que estos episodios podrían estar relacionados con estrés, ansiedad, la depresión o problemas emocionales.

síntomas de terrores nocturnos

¿Cuáles son los signos o síntomas de los terrores nocturnos?

Para poder identificar si tu hijo padece terrores nocturnos, y no simples pesadillas, solo tendrás que fijarte si se dan estas características:

  • El niño de repente grita con angustia y llanto.
  • Realiza movimiento involuntarios y bruscos (patadas, movimientos de cabeza, brazos, etc.)
  • Notas que su frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria están aceleradas.
  • Está sudando de forma excesiva.
  • No eres capaz de despertarle y, si finalmente se despierta, no recuerda nada.
  • Es posible que el niño no sea capaz de responder cuando le hablas, lo consuelas o lo despiertas.
  • El episodio suele duran menos de 10 minutos y luego el pequeño se vuelve a dormir.

Lo más común es que los terrores nocturnos aparezcan durante el primer tercio del sueño, sin embargo, las pesadillas, que los niños sí suelen recordar, son más comunes a primeras horas de la mañana. Las pesadillas pueden ocurrir después de haber visto películas de terror o de haber vivido alguna experiencia emocional que le haya alterado. Normalmente, el pequeño puede recordar detalles de la pesadilla y no estará desorientado al despertar, cosa que sí suele suceder con los terrores nocturnos.

¿Qué causa los terrores nocturnos?

  • No se sabe con exactitud, pero se cree que los terrores nocturnos posiblemente estén relacionados con el desarrollo inmaduro del cerebro.
  • También se relacionan con periodos de estrés u otras circunstancias (ansiedad, bullying, depresión, etc.),
  • Es más frecuente cuando los niños están excesivamente cansados, no duermen lo suficiente o llevan horarios irregulares del sueño.
  • Cuando duermen en un nuevo ambiente o lejos de su hogar.
  • Si ha consumido cafeína en algún refresco.
  • Si tiene fiebre por alguna enfermedad.
  • Algunos niños tal vez hereden una tendencia a tener terrores nocturnos. La gran mayoría de los niños que padecen terrores nocturnos tienen un familiar que también los padeció o que era sonámbulo, que es un tipo de trastorno del sueño similar.

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo?

Sabemos que los terrores nocturnos causan mucha alarma en los padres y sensación de impotencia porque no son capaces de despertar al niño para poder consolarlo. Por eso, si te encuentras en esta situación, tendrás que esperar con paciencia y asegurarte de que tu hijo no se hace daño si se mueve o está agitado.

Debes mantener la calma porque, de lo contrario, la angustia que sientes puede generar aún más nerviosismo en el niño y empeorar las cosas. Espera unos minutos y verás cómo en breve se calma y se vuelve a dormir.

Otra cuestión importante es que no intentes despertar al pequeño durante el terror nocturno. Si consigues despertarle verás que puede encontrarse desorientado y esto hará que tarde más tiempo en calmarse y volver a dormir.

También puedes intentar, en la medida de lo posible, evitar que tu hijo tenga terrores nocturnos. Para ello, desde ACM Psicólogos te recomendamos:

  • Intenta reducir el estrés tu hijo, sobre todo antes de ir a la cama.
  • Dale la cena temprano y evita que se acueste nada más terminar de cenar.
  • Convierte la habitación en un ambiente seguro y tranquilo, para evitar que pueda dañarse si se agita de forma descontrolada.
  • Procura que siga una rutina relajante antes de ir a la cama y que sea siempre en el mismo horario.
  • Asegúrate de que duerme las horas necesarias para su edad y no se acuesta tarde.
  • Si tienes localizada la hora en la que suele tener terrores nocturnos, puedes intentar despertarle unos minutos antes a ver si esto le permite evitarlos.
  • No le agobies al día siguiente contándole lo que ha sucedido durante la noche.

soluciones para evitar terrores nocturnos

Cuándo acudir al psicólogo

En la mayoría de los niños, los terrores nocturnos desaparecen por sí solos a medida que el sistema nervioso madura. Los episodios generalmente disminuyen después de los 10 años de edad. Pero en caso de que los terrores nocturnos se presenten cada vez con mayor frecuencia, suban de intensidad o afecten a la dinámica de la familia durante las noches, es aconsejable consultar a un psicólogo profesional para reducir el estrés o utilizar mecanismos de afrontamiento.

En caso de que los terrores nocturnos aparezcan en personas adultas, sí es necesario acudir al psicólogo cuanto antes. A menudo, estos episodios se manifiestan en adultos que están pasando por un período de mucho estrés o tienen algún problema psicológico, como ansiedad, depresión, trastorno bipolar, fatiga y ausencia de sueño. Incluso muchas personas que padecen trastorno de estrés postraumático sufren terrores nocturnos.

En ACM Psicólogos podemos ayudarte a afrontar los terrores nocturnos a cualquier edad.

Dentro de nuestro equipo de profesionales, disponemos de psicólogo infantil y adolescente para ayudarte a entender a tu hijo y mejorar la comunicación entre vosotros.

Si los terrores nocturnos os están afectando a toda la familia e interfieren en vuestro ritmo cotidiano, contacta con nosotros, pide ahora tu primera sesión y valoraremos tu caso particular.

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