Realizar ejercicio físico es muy beneficioso para nuestra salud, tanto física como mental. El problema surge cuando aparece una obsesión fuera de lo común por desarrollar los músculos. Esto es lo que se conoce como vigorexia y va acompañado por un cambio en la percepción que la persona siente del cuerpo y, aunque sea un cuerpo grande y musculoso, nunca está conforme porque se ve siempre como delgado y pequeño.

Si quieres conocer cómo detectar la vigorexia y cómo tratarla, en este artículo de ACM Psicólogos Madrid te lo contamos.

Vigoréxico

¿Qué es la vigorexia?

La vigorexia es un trastorno psicológico que se caracteriza por una preocupación excesiva por la imagen corporal, concretamente por desarrollar un cuerpo atlético. El mayor problema es que la persona tiene una imagen distorsionada de sí misma, por lo que se ve demasiado delgada o creen que sus músculos no son lo suficientemente grandes, cuando no es así.

Debido a ese trastorno dismórfico corporal, las personas con vigorexia tienen una necesidad compulsiva de realizar ejercicio físico para alcanzar el cuerpo deseado. Esa obsesión y pensamientos recurrentes sobre cómo mejorar su físico hace que la persona se vuelva adicta al ejercicio físico, al consumo de sustancia como esteroides anabolizantes y a la ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos. Todo con la intención de aumentar la masa muscular y conseguir un cuerpo más y más musculado.

A pesar de todas las consecuencias de este comportamiento obsesivo sobre la salud, la vigorexia no está reconocida como una enfermedad por la comunidad médica. Sin embargo, la terapia psicológica sí que puede eliminar algunas de estas nefastas conductas.

Síntomas de alerta

Los principales síntomas que nos pueden hacer sospechar de estar ante una persona vigoréxica son:

  • Distorsión de la imagen corporal: Nunca está conforme con el tamaño de sus músculos y, aunque estén musculados, él se sigue viendo delgado y esto le disgusta y le provocan obsesión por mejorar su físico.
  • Baja autoestima. No está conforme con lo que ve en el espejo ni con lo que refleja la báscula.
  • Necesidad compulsiva de practicar ejercicio físico para seguir fortaleciéndose. Al pasar tanto tiempo entrenando, puede llegar a descuidar otras necesidades y obligaciones personales y laborables.
  • Pensamientos obsesivos y recurrentes sobre su físico. Se mira constantemente al espejo y siente la necesidad de estar perfecto en todo momento.
  • Estrés o ansiedad cuando no es capaz de realizar su rutina deportiva, sintiendo que es un fracaso el no poder cumplir con su plan de ejercicio.
  • Aislamiento social. Puesto que su día a día se centra en el entrenamiento y en seguir una dieta, deja desatendidas otras parcelas de su vida y evita comer fuera de casa con otras personas.

Causas de la vigorexia

La vigorexia está especialmente relacionada con los factores culturales y sociales y el sentirse aceptado por los demás, algo que se ha agudizado en las últimas décadas con la presión que ejercen los medios de comunicación y las redes sociales.

Puesto que la presión social por conseguir un cuerpo musculoso es mayor en los hombres que en las mujeres, es normal que el 80% de los afectados sean varones jóvenes, especialmente entre los 18 y 35 años.

También existen otras causas que se relacionan con problemas fisiológicos y alteraciones bioquímicas a nivel cerebral y trastornos de las hormonas.

¿Qué consecuencias conlleva la vigorexia?

Una de las peores consecuencias de la vigorexia es el aislamiento social debido a esa obsesión por seguir una dieta y entrenamiento exigentes y estrictos. Poco a poco la persona se va alejando de sus amigos y familiares y también reduce el número de horas dedicadas al trabajo o al estudio. Como consecuencia de todo ello y de la creciente soledad, es fácil que aparezca la depresión.

Además, el hecho de dejar de lado el trabajo o los estudios, también repercute en el rendimiento profesional.

Tampoco podemos olvidarnos de las consecuencias de la vigorexia en el estado físico de la persona. No solo los problemas en articulaciones, músculos o huesos por la sobrecarga, sino también problemas renales y hepáticos e hipertensión por el consumo de anabolizantes con continuidad. Esto también puede influir en la aparición de problemas cardiovasculares y disfunción eréctil, entre otras cuestiones.

Obsesión por el físico

Diagnóstico y tratamiento de la vigorexia

Normalmente las personas afectadas por vigorexia no reconocen que tienen un problema médico hasta que el trastorno llega a un estado muy avanzado.

Por lo tanto, es esencial que la persona sea consciente de que padece este problema y quiera superarlo con ayuda. El tratamiento más eficaz es la terapia psicológica, cuyo objetivo consiste en modificar la conducta y esa percepción distorsionada que la persona tiene de su propio cuerpo.

Con la terapia cognitivo conductual tratamos de conseguir:

  • Reforzar la autoestima
  • Combatir el perfeccionismo
  • Cambiar la imagen propia y conseguir una imagen más realista de su estado físico.
  • Reducir las obsesiones por el entrenamiento
  • Seguir una dieta equilibrada.
  • Reducir la ansiedad

Al mismo tiempo, es necesario sustituir el tiempo de ejercicio por otras actividades y aficiones que también sean agradables y que permitan relacionarse con otras personas.

Al igual que sucede con otros desórdenes emocionales y trastornos de la alimentación, como es el caso de la anorexia y la bulimia, es esencial el apoyo de los seres queridos para poder superar este problema.

Obsesión por el deporte

Tratamiento cognitivo conductual para la vigorexia

En ACM Psicólogos somos especialista en terapia cognitivo conductual que nos permite analizar cuáles son los factores que han podido precipitar la aparición de este desorden emocional. Tendremos en cuenta aquellas historias del pasado que han podido condicionar que la personalidad sea tan perfeccionista y narcisista.

Te ayudaremos a que consigas relacionarte de forma sana con tu cuerpo y que seas capaz de percibirlo de una forma más ajustada con la realidad, menos irracional. Al mismo tiempo, podemos conseguir reestructurar los pensamientos obsesivos por el deporte y, en definitiva, reforzaremos tu autoestima.

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