¿Necesitas a tu pareja para vivir?; ¿Te sientes atrapado en tu relación?; ¿Te sientes atado y sin poder salir de una relación llena de discusiones y lágrimas?; ¿Lloras con frecuencia anhelando esos momentos de felicidad y ternura?; ¿Tu pareja se ha convertido en esa persona imprescindible para ti, pero a la vez sufres, tus ilusiones se desvanecen y te sientes perdida sin ella?; Te descubres con pensamientos del tipo “tengo que estar pendiente de lo que mi pareja desea, para me quiera” o “siento que no me quiere o no soy importante para ella cuando hace planes sin contar conmigo”. Puede que te encuentres en una situación de dependencia emocional.

dependencia emocional

¿Cómo se va gestando la dependencia emocional?

Cuando comenzamos a conocer a una persona, solemos sentirnos  eufóricos y llenos de energía.  Nos enamoramos y nos sentimos felices. Vemos en la otra persona a un ser maravilloso que parece perfecto y nos completa y complementa. Sin embargo, todos estos aspectos positivos nos pueden  impedir en ocasiones, observar objetivamente si se trata de la persona que comparte nuestros valores e ideales de vida más importantes.

Al continuar en la relación de pareja deberemos ser conscientes de en qué medida las diferencias que empiezan a aparecer entre los miembros de la pareja, son lo suficientemente importantes o no para nosotros y para la relación. La dependencia emocional puede aparecer al continuar en una relación en la cual estas diferencias cada vez son mayores, en la que poco a poco nos vamos encontrando a disgusto. Esta situación, de continuar puede dar lugar al amor irracional.

Poco a poco estaremos viviendo una vida que no hemos elegido, que no nos hace felices, nuestras ilusiones y  sueños se desvanecerán, al igual que lo hará nuestra imagen de nosotros mismos. De esta forma cada vez nos encontraremos más fusionados con el otro, con su mundo. Puede llegar un momento en el cual no nos reconozcamos a nosotros mismos, nos hemos perdido en el otro. Como consecuencia todo esto, nuestra autoestima y autoconcepto serán tan pequeños que no podremos conectar con nuestros gustos e intereses. Nos sentiremos incapaces de tomar decisiones y movernos libremente hacia nuestros objetivos y deseos.

Aparece la dependencia emocional

Es cuando aparece la dependencia emocional o  la sensación de incapacidad de finalizar una relación de pareja,  a pesar de los aspectos negativos que se perciben; como la  falta de muestras de afecto, sufrimiento, dolor, falta de compresión y de unión. Aparece una necesidad irracional de aferrarse al otro a toda costa. El mero pensamiento de separación inunda a la persona en una tristeza absoluta que la paraliza y aterroriza. El miedo al abandono o la soledad es tan potente que la persona se somete al otro con el único fin de conseguir afecto y ternura; siendo capaz de realizar cosas que jamás haría  por miedo a perder a la pareja.

Características de la dependencia emocional

Necesitar al otro de manera irracional

Se trata de  la característica principal de la dependencia emocional. Es  la idea de no soportar la vida sin la otra persona. Esto es algo inconcebible para la persona dependiente. Cuando hay dependencia sentimos que estamos con el otro porque le necesitamos, no somos libres para elegir a la persona con la que deseamos compartir nuestra vida.

Exigir más amor al otro

Cuando hay dependencia es frecuente sentir que el otro no nos muestra su cariño de forma suficiente. Esto puede estar potenciado por dos razones. Bien por la inseguridad y obsesión que siente la persona dependiente por la otra; esto se produce porque la persona dependiente centra toda su atención en la otra, analizando todo lo que hace, atiendo de forma exclusiva a las carencias afectivas que muestra. O  bien, porque la otra persona ha dejado de sentir y de querer a la persona dependiente, y por ello ésta siente esa distancia afectiva.

Ser su prioridad

Cuando hay dependencia emocional, para la persona dependiente la otra es lo más importante. Tiene el deseo de pasar todo el tiempo junto a su pareja, y espera recibir lo mismo, ser su prioridad. Poco a poco, cuando no se sienta así, empezará a exigir tiempo y dedicación. Tenderá a sentirse la última persona en la escala de importancia de su pareja.

Querer cambiar al otro

En una situación de dependencia afectiva es muy frecuente que aparezca la no aceptación del otro. Aparecen las quejas de la persona dependiente, busca cambiar los aspectos negativos de la pareja, exigiendo al otro que cambie. No quiere renunciar a lo positivo de la pareja, por ello lucha por transformar lo negativo en positivo. Las quejas se hacen constantes provocando discusiones y enfrentamientos.

Gran temor ante la posibilidad de perder al otro y necesidad de control

la inseguridad que siente la persona dependiente, debido a su baja autoestima, la hace estar es una constante búsqueda de seguridad. Ésta la consigue a través de tener el control absoluto de su pareja. De esta forma, conociendo lo que hace, piensa y siente en cada momento, se siente segura de que no la va a perder.

Numerosas rupturas y reconciliaciones

En esta dinámica propia de una situación de dependencia emocional, las rupturas no son definitivas, sino que ambos miembros de la pareja conocen que volverán antes o después a estar juntos. Fantasean con la grandeza de su amor. En las reconciliaciones se prometen cambios que nunca llegan a producirse; debido al alto coste que suponen para cada uno de ellos (ir en contra de sus valores personales). Se vuelve a repetir la situación una y otra vez.

Pérdida de la identidad personal

La persona dependiente vive por y para el otro, por lo que poco a poco va descuidando todo lo que tiene que ver con ella misma (relaciones personales, aficiones, actividades…), quedándose solo con lo más importante para ella, su pareja. De esta forma, poco a poco, en la dependencia emocional se va produciendo una pérdida del yo. El dependiente se fusiona con su pareja, con lo que desea, quiere, siente y piensa el otro, lo que supone alejarse cada vez más de su propia esencia. Todo esto supone no reconocerse a sí misma, no saber que quiere, ni que desea.

¿Resignación o aceptación de la situación?

Cuando se produce una situación de dependencia afectiva, solemos encontrarnos resignados a la situación. Se trata de una forma de enfrentarse a la situación bastante negativa para nuestra salud emocional. Además supone una dificultad añadida para superar la dependencia emocional.

Cuando nos resignamos a una situación, quiere decir que estamos conformándonos con la situación que tenemos. Creemos que no podemos hacer nada para cambiarla y conectamos con la rabia, la frustración y la incapacidad. Nos quedamos paralizados, anclados en una situación que nos produce gran malestar.

Sin embargo, cuando aceptamos que la situación es tal por causas externas a nosotros, y que no recae sobre uno mismo la responsabilidad de cambio de la situación; tenemos la opción de avanzar con libertad y fuerza hacia lo que deseamos y salir de las situaciones que nos están produciendo malestar. Esto sí depende de uno mismo.

En una relación de pareja, cuando mi pareja no me quiere, tengo la opción de aceptar que la realidad es así, aunque no sea lo que más desee. No dependen de mí  las emociones y sentimientos de mi pareja y por tanto, no puedo cambiar la situación. Sin embargo, lo que sí que puedo cambiar, y es una opción a elegir disponible, es salir de la relación y dirigirme hacía lo que necesito que me aporte una pareja. En vez, de quedarme resignado en una relación en la que no soy feliz, y sufrir. En ocasiones puede resultar dificil y complejo darse cuenta de las diferentes opciones que podemos elegir para continuar nuestro camino. A veces puede ser necesario la ayuda profesional.

 

 

Escrito por: Patricia Palacios Ventas

Psicóloga Sanitaria en  ACM psicólogos

5/5 - (16 votos)