¿Qué es la imagen corporal?

En diversas ocasiones existe una valoración negativa del propio paciente derivada de la relación entre imagen corporal y cáncer. Los cambios físicos producidos por los tratamientos y derivados de la enfermedad afectan a la imagen corporal del paciente afectando a su autoestima, estado de ánimo y su vida diaria.

De todas las definiciones, Raich expuso la más completa sobre la imagen corporal. Entendía la imagen corporal como un constructo multidimensional que se refiere a como uno percibe; imagina; piensa; siente; y actúa respecto a su propio cuerpo (aspectos perceptivos, emocionales, cognitivos y conductuales). Esta imagen corporal se forma a lo largo del proceso de desarrollo en función de la interacción con los demás. No es fija e inamovible, varía en función de las experiencias. Está interrelacionada con los sentimientos de autoconciencia (cómo percibimos y experimentamos nuestro propio cuerpo se relaciona significativamente con cómo nos percibimos a nosotros mismos). Influye en la forma de percibir el mundo y de comportarnos.

Cuando hablamos de cáncer, el pensamiento principal que acude a nuestra cabeza es a cerca de la muerte y la efectividad del tratamiento. Pocas veces, inicialmente, nos centramos en los aspectos psicológicos asociados a la enfermedad oncológica. Sin embargo, las consecuencias psicológicas pueden llegar a ser devastadoras. La ansiedad o la depresión son problemáticas muy comunes; sin embargo no les damos suficiente importancia a los cambios corporales que sufre el paciente a lo largo del proceso.

imagen corporal

En la mayoría de los casos, cuando habamos de imagen corporal y cáncer, no se trata de defectos imaginados o defectos leves, hablamos de deformidad objetiva; asimetría; pérdidas reales de funciones físicas; o de discapacidad.

Trastornos asociados a la imagen corporal

En el ámbito de la oncología podemos hablar de trastornos en la imagen corporal. Estos trastornos se caracterizan por la presencia de cambios físicos que provocan cambios en el funcionamiento cognitivo, emocional o conductual; presencia de angustia o malestar clínicamente significativo que interfiere en el funcionamiento general de la persona; y que provoca un deterioro importante de la calidad de vida.

Debido a los cambios de la imagen corporal asociados a algunos cánceres, nos encontramos problemas adaptativos y un problema conocido como trastorno dismórfico corporal. Este trastorno se caracteriza por una preocupación excesiva por algún defecto, real o imaginario, en el aspecto físico que causa un malestar significativo y un deterioro en las actividades de la persona. Debido a este problema pueden pasarse horas comprobando que ese defecto no se nota; estas conductas de comprobación pueden entenderse como rituales par disminuir la ansiedad.

Variables que influyen en la imagen corporal y cáncer

Son diversas las variables que influyen en la percepción de la imagen corporal y cáncer. En concreto, en los pacientes oncológicos podríamos destacar las siguientes:

  • Influencias sociales y culturales: modelos estéticos y presión social.
  • Experiencias interpersonales: el medio familiar; la pareja; las amistades; o el haber sido criticado o sufrir burlas.
  • Características de personalidad premórbida: optimismo; autoestima; apoyo social percibido; estilos cognitivos; estilos de afrontamiento ante eventos vitales estresantes; edad; valor o significado dado al órgano afectado.
  • Cambios físicos como consecuencia de la enfermedad y los tratamientos: cambios en la apariencia (cambios en el peso; aspecto y color de la piel; olor; perdida de pelo y cicatriz); amputación; pérdida de una función; localización; grado de discapacidad asociado; duración (temporal o permanente).

Alteraciones en la imagen corporal

Son diferentes las alteraciones en la imagen corporal percibidas en los pacientes oncológicos. Estos cambios suelen tener consecuencias a nivel perceptivo, cognitivo, motor, emocional y conductual

Nivel perceptivo

Aparecen distorsiones cognitivas como la atención selectiva; magnificación (la fantasía excede a la realidad); u otras alteraciones perceptivas (miembro fantasma, que consiste en sentir una parte del cuerpo que ha sido amputada).

Nivel cognitivo

Aparecen:

  • Errores cognitivos en relación al cuerpo y a las relaciones de los demás: autodialogo interno crítico y peyorativo centralizado en la pérdida y las consecuencias negativas. A veces, no es tan distorsionado como desadaptativo
  • Creencias disfuncionales en torno a la valía personal (cambios en el autoconcepto): sobrevaloración de la importancia estética de la zona afectada en el atractivo físico y personal; los aspectos negativos (falta pecho, aumento de peso, etc.) representan la totalidad de la apariencia física; evaluación de la valía personal exclusivamente bajo parámetros físicos, sin tener en cuenta otros aspectos (utilidad, cualidades, sentidos….); percepción de pérdida de su atractivo personal y de su valor como persona.
  • Creencias disfuncionales asociadas a la identidad de género: creencias de ser menos mujer o menos hombre; o pérdida de identidad personal
  • Pérdida de actitudes importantes: erótismo o sensualidad (movilidad corporal, posturas).

Nivel fisiológico y motor

Muy relacionado con la pérdida de una función vital (habla; deglución; hábitos de eliminación). En estos casos, el cambio de hábitos suele crear una fuerte reactancia psicológica.

Nivel afectivo-emocional

Aparecen respuestas emocionales condicionadas al cambio físico (ansiedad, miedo, insatisfacción; displacer; hostilidad; o, incluso, frustración)

Nivel conductual

Se desarrollan comportamientos de evitación y/o compensación hacia el propio cuerpo y hacia situaciones interpersonales (conductas para ocultar y disimular el defecto; evita mirarse al espejo; cambio en el estilo de ropa; preguntas para reasegurar que no se nota; conductas obsesivas; conductas de evitación social/aislamiento).

Imagen corporal en los diferentes cánceres

Como hemos visto, la relación entre imagen corporal y cáncer es mucho más estrecha de lo que la gente suele pensar. Sin embargo las consecuencias psicológicas derivadas del cambio corporal pueden ser diferentes según el tipo de cáncer con el que nos encontramos.

Tumores de cabeza y cuello

Los pacientes con estos tipos de cáncer se enfrentan a múltiples situaciones que alteran su imagen corporal. El cambio facial produce reacciones emocionales intensas debido al gran valor que tiene esta parte del cuerpo en las relaciones interpersonales y al significado simbólico de la cara. La cara es el órgano con el cual un individuo entra en contacto con su entorno; es el órgano de expresión emocional que constantemente emite señales bien para solicitar contacto con otros seres humanos, bien para rechazarlos. La enorme importancia social que se atribuye al aspecto físico no hace más que acentuar el malestar que sienten aquellos que se han visto obligados a someterse a cirugías deformantes.

La carga emocional invertida en cabeza y cuello es mayor que la de cualquier otra parte del cuerpo. Esto es debido a que la interacción social y la expresión emocional dependen, en un buen grado, de la integridad facial y, especialmente, de los ojos. La comunicación del afecto y la cercanía al cónyuge, hijos y amigos depende en gran medida de la expresividad facial. Por lo tanto, no es de extrañar que temores de aislamiento, rechazo y preocupación acerca de las reacciones de los demás conduzcan a la indecisión con respecto a la cirugía y a depresión postoperatoria.

El grado de alteración estructural y funcional en términos de deformidad y disfunción es importante determinarlo, pues predice la intensidad de la respuesta emocional y facilita la formulación de cuidados de enfermería. La presencia de pérdidas estructurales y/o funcionales más severas están asociadas a una recuperación lenta, a un periodo de aislamiento social más prolongado, a una menor autoestima, a mayores sentimientos de inutilidad y a depresión severa.

Cáncer de mama

Se ha demostrado que mujeres masectomizadas experimentan una mayor y más persistente falta de satisfacción con su imagen corporal y su sexualidad que aquellas que han recibido terapias conservadoras.

La experiencia clínica demuestra que mientras que algunas mujeres se quedan más tranquilas sometiéndose a una mastectomía, otras prefieren una cirugía conservadora que les permita mantener un aspecto físico lo menos deteriorado posible

Tumores propios de los hombres (próstata, pene, testículo)

Es una reacción frecuente el no aceptar la imagen que devuelve el espejo, que es diferente a aquella previa a la enfermedad y a los tratamientos. Esta no aceptación es más probable que aparezca de forma más estructurada y asociada a otros problemas en aquellas personas que ya tenían un concepto crítico de su imagen y una baja autoestima.

Una valoración negativa de la imagen de forma duradera suele conllevar una evitación a ser expuesto a los demás; problemas de comunicación; y que esta valoración negativa se extienda a otras parcelas de la persona, aumentando verbalizaciones autocríticas y un bajo concepto de sí mismo. Por tanto si se cronifica, posiblemente aparezcan alteraciones emocionales y problemas de pareja.

No somos conscientes del efecto que el tratamiento oncológico puede llegar a tener sobre la imagen corporal de los pacientes. En muchas ocasiones, el problema psicológico (ansiedad; baja autoestima; autocrítica; depresión; etc.) viene derivado de la valoración que el paciente otorga a su imagen corporal. Un tratamiento específico a las necesidades de cada paciente puede mejorar la adaptación a su entorno, la recuperación y su calidad de vida.

 

Escrito por: Blanca Fernández

Psicóloga sanitaria en ACM Psicólogos

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