Una de las principales causas de malestar psicológico en la población general es el estado de ánimo bajo o decaído. Sin embargo, ¿cuándo se trata de una reacción habitual ante un acontecimiento vivido y cuándo la tristeza forma parte de un trastorno del estado de ánimo por la que nos tenemos que preocupar?

Cuando nos suceden acontecimientos negativos es bastante frecuente que nos encontremos tristes y abatidos, así ante una pérdida personal, un despido laboral o una enfermedad, es totalmente comprensible que nos sintamos decaídos, desanimados o desconsolados.

La tristeza como tal es un estado emocional algo habitual en nuestro día a día, y no tiene un significado patológico siempre que aparece. Es decir, sentirte triste en ocasiones es algo completamente normal. No obstante, si esta tristeza no desaparece en un tiempo razonable o poco a poco nos va paralizando e impidiendo realizar nuestras tareas cotidianas, es posible que estemos ante un problema de estado de ánimo como la depresión.

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Síntomas de la depresión:

La sintomatología depresiva que presentan una gran mayoría de personas con trastorno del estado de ánimo  la podemos clasificar en cinco grandes grupos

1) Síntomas anímicos:

Generalmente aparece la tristeza, se trata de una sensación profunda, vital, como si saliera de dentro. Puede en ocasiones estar sustituida por irritabilidad, e incluso en situaciones muy severas puede aparecer una anestesia afectiva o incapacidad para sentir.

Otros síntomas anímicos son las sensaciones de abatimiento, pesadumbre o infelicidad, sensación de vacío, nerviosismo, angustia o ansiedad.

2) Síntomas motivacionales y conductuales:

Suelen aparecer síntomas como la abulia, la apatía y la anhedonia que conforman lo que se denomina el estado general de inhibición conductual en la depresión, es decir, se manifiesta una disminución de la energía o de la actividad, sensación de indiferencia y disminución en la capacidad de disfrute.

3) Síntomas cognitivos:

Se refieren tanto a las alteraciones que se producen en las capacidades cognitivas como en el contenido del pensamiento. De esta forma aparece una importante disminución en capacidades como la memoria, la atención, la concentración, la resistencia a la fatiga o la velocidad mental.

Pero también aparecen distorsiones cognitivas en la valoración del entorno, del pasado, del futuro y de la propia persona. Así como pensamientos de autodepreciación, culpa o muerte.

4) Síntomas físicos:

En la depresión se presentan:

  • Alteraciones del sueño, tanto por defecto (insomnio) como por exceso (hipersomnia)
  • Alteraciones en el apetito y el peso
  • Fatiga
  • Disminución de la actividad y deseos sexuales
  • Molestias corporales como dolores musculares, nauseas o vómitos
  • Crisis de vértigos
  • Molestias cardiorespiratorias o digestivas, etc.

5) Síntomas interpersonales:

Muchos de los síntomas descritos anteriormente contribuyen a que las relaciones interpersonales se descuiden. De esta forma la dificultad para mantener la atención, la anhedonia, la anestesia afectiva, la dificultad para desconectar de los pensamientos negativos perturbadores, favorecen que la persona deprimida poco a poco se vaya aislando cada vez más.

¿Por qué aparece la depresión?

Los modelos explicativos de la depresión reconocen la interacción de cierto nivel de estrés con algún factor de predisposición en la base de los trastornos del estado del ánimo. En función de si los factores son de tipo biológico o cognitivo, podemos hablar de los siguientes modelos:

Modelos biológicos:

No se puede desestimar la importancia de la influencia genética, ya que hay mayor riesgo de presentar un trastorno del estado de ánimo entre los familiares de una persona diagnosticada que en la población general.

Las alteraciones bioquímicas a nivel cerebral producen que nuestro estado ánimo varíe. De esta forma, neurotransmisores como la noradrenalina y la serotonia, que se encargan de la regulación de nuestra respuesta emocional, cuando ven disminuidos sus niveles, producen  fluctuaciones en nuestro estado de ánimo, volviéndonos más impulsivos e inestables.

Modelos psicológicos:

Existen varios modelos psicológicos que explican las causas y el origen de la depresión.

Desde el modelo cognitivo se entiende este tipo de trastornos está causado por las distorsiones cognitivas que las personas deprimidas van elaborando a lo largo de su vida a través de sus experiencias personales.

De esta forma,  la persona va creando creencias y actitudes disfuncionales, con exigencias poco realistas, concretas, extremas y muy rígidas sobre el mundo y sí misma. Ante la presencia de un estresor, estas creencias disfuncionales se activan. En este momento el procesamiento de la información empieza a estar en función de estas creencias y se distorsiona la realidad.  Se producen pensamientos distorsionados que aparecen sin control y que la persona acepta como ciertos. Todas estas cogniciones y pensamientos son los causantes directos del bajo estado de ánimo y del resto de los síntomas de la depresión.

Desde el modelo conductual, se entiende que es un fenómeno relacional, en el cual la persona ha aprendido a relacionarse con su entorno de una forma disfuncional. Las interacciones entre el entorno y la persona influyen en su forma de pensar, actuar y sentir.

Tratamiento depresión – Psicológico:

La terapia Cognitivo-Conductual está considerada como un tratamiento eficaz para abordar este tipo de trastorno del estado de ánimo. El nivel de eficacia y de efectividad son similares o incluso superiores al tratamiento farmacológico. Y además, tiene las ventajas de que no supone ningún riesgo para la salud. No presenta efectos secundarios y reduce el riesgo de recaídas en mayor medida que los medicamentos.

Desde el enfoque cognitivo conductual utilizamos tanto técnicas cognitivas como conductuales. El fin es enfrentarnos y superar las dificultades que encontramos en un cuadro depresivo.

Las técnicas conductuales utilizadas en el tratamiento depresión tienen como objetivo comenzar a movilizar a la persona deprimida, aumentar el refuerzo positivo que recibe y aumentar su autopercepción de valía personal. Por otro lado, se puede completar el tratamiento conductual diseñando programas de entrenamiento de habilidades específicas (sociales, asertividad, comunicativas, etc.), para paliar posibles déficits detectados.

Las principales técnicas que se utilizan en el tratamiento depresión son:

  • Asignación de tareas graduadas. El fin es conseguir hacer frente a el afrontamiento de todas aquellas rutinas que se han dejado de abordar.
  • Aumento de las actividades gratificantes: para fomentar la experimentación de emociones positivas.
  • Planteamiento de objetivos
  • Cambios ambientales. Se modifican las situaciones o estímulos presentes que producen malestar. Y se aumentan aquellos que nos proporcionan sensaciones y emociones positivas.
  • Manejo de contingencias: buscando reforzadores positivos y generando una relación positiva entre la conducta y la aparición de éstos con el objetivo de aumentar, mantener y generar conductas nuevas que nos ayuden a mejorar nuestro estado de ánimo.
  • Entrenamiento en habilidades sociales, de gestión emocional, etc.
  • Entrenamiento en solución de problemas
  • Mejora de las relaciones interpersonales
  • Restructuración cognitiva: para combatir aquellos pensamientos que nos generan ansiedad y que mantienen los síntomas depresión.

La Terapia Cognitiva de Beck es el tratamiento para la depresión por excelencia desde un enfoque cognitivo. Desde esta perspectiva se tienen en cuenta las creencias y pensamientos que la persona utiliza para percibir y entender la realidad.

Su principal objetivo es ayudar al individuo a identificar los procesos cognitivos que están influyendo en su estado de ánimo. Para Beck el núcleo del trastorno se encuentra en los pensamientos negativos, globales, inflexibles, frecuentes e irreversibles que la persona tiene sobre el mundo, el futuro y sí misma. Por lo que la terapia se centra en conseguir la modificación de los esquemas disfuncionales que utiliza la persona para interpretar la realidad.

En ACM psicólogos Madrid somos especialistas en tratamiento depresión. Utilizando las técnicas cognitivo conductuales como base, y una vez analizados los factores de predisponen, mantienen y precipitan los síntomas que el paciente experimenta, diseñamos una intervención personalizada y adaptada a la problemática que se encuentra.

 

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Escrito por: Patricia Palacios

Colaboradora en ACM psicólogos

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