Seguro que eres consciente de lo fácil que es potenciar la autoconfianza y autoestima de tu hijo, pero también lo sencillo que es destruirla. Y esto es así porque en muchas ocasiones, sobre todo si hablamos de nuestros hijos, las expectativas que tenemos de ellos pueden afectar a su comportamiento y rendimiento de manera significativa. Esto es lo que se conoce como efecto Pigmalión.

Si quieres conocer en qué consiste el efecto Pigmalión y cómo puede ayudarte a mejorar la autoestima, sigue leyendo este nuevo artículo de ACM Psicólogos.

Influencia autoestima efecto pigmalión

¿Qué es el efecto Pigmalión?

El efecto Pigmalión es un fenómeno interesante y significativo que ha sido estudiado en la psicología durante décadas. Es también conocido como la “profecía autocumplida” porque el efecto Pigmalión se refiere a la idea de que las expectativas que tenemos de alguien pueden afectar a su comportamiento y rendimiento de manera significativa.

Este efecto toma su nombre de la historia mitológica de Pigmalión, que creó una estatua tan hermosa que se enamoró de ella y le pidió a Afrodita, la diosa del amor, que la hiciera real. Afrodita respondió a su petición y la estatua cobró vida. En psicología, el efecto Pigmalión se refiere a cómo nuestras expectativas pueden crear la realidad que esperamos, tanto para nosotros mismos como para los demás.

En términos más simples, el efecto Pigmalión significa que, si esperamos que alguien haga algo bien, es más probable que lo haga bien. Por el contrario, si esperamos que alguien haga algo mal, es más probable que lo haga mal. Esta dinámica puede tener un impacto importante en nuestras relaciones personales, nuestra autoestima y nuestro rendimiento en el trabajo o en la escuela.

¿Por qué nos pasa esto? Pues porque la imagen que tenemos de nosotros mismos está muy influenciada por cómo otras personas nos miran, nos ven, nos sienten y piensan sobre nosotros.

 

Ejemplos del efecto Pigmalión

Un ejemplo clásico del efecto Pigmalión es el experimento de Rosenthal y Jacobson (1968) en el que se informó a los profesores que algunos de sus estudiantes eran “buenos estudiantes” debido a sus resultados en una prueba de inteligencia, aunque estos estudiantes fueron elegidos al azar y no había diferencia alguna entre ellos y los demás estudiantes. Lo que sucedió fue que estos “buenos estudiantes” mejoraron significativamente su rendimiento durante el curso escolar, simplemente porque sus maestros tenían expectativas más altas de ellos.

Este ejemplo muestra cómo nuestras expectativas pueden afectar el comportamiento y el rendimiento de otras personas. Cuando se espera que alguien tenga éxito, puede sentirse motivado y tener más confianza en sí mismo. Por otro lado, si alguien siente que no se espera mucho de él, es posible que pierda la motivación y la confianza en sí mismo.

Por tanto, podemos encontrar ejemplos del efecto Pigmalión en diversos ámbitos:

  • En la escuela. Es el lugar donde más claramente podemos diferenciar el efecto Pigmalión. La escuela es uno de los ámbitos donde desarrollamos nuestra identidad y personalidad, por lo que nuestras experiencias van moldeando lo que somos.
  • En el trabajo. En el área laboral también podemos percibir dicho efecto, ya que muchas veces si nuestros superiores nos ven capaces, con talento y con amplias posibilidades de mejora, entonces será más probable que acabemos confirmando dichas expectativas. A su vez, las expectativas que tienen sobre nosotros acabarán influyendo en la visión que tenemos de nosotros mismos y también en nuestros propios resultados.
  • En casa. Muy importante también son las expectativas que percibimos desde que nacemos por parte de nuestros padres y familia, ya que influirán en nuestras creencias y formación del autoconcepto.

efecto pigmalion negativo

Consecuencias negativas y positivas

Es importante tener en cuenta que el efecto Pigmalión no es un efecto mágico. No podemos simplemente esperar que algo suceda y que se cumpla. Sin embargo, nuestras expectativas pueden influir en nuestra percepción y en la forma en que interactuamos con los demás. Por esta razón, es importante ser conscientes de nuestras propias expectativas y cómo pueden afectar a los demás.

El efecto Pigmalión es positivo cuando provocamos un efecto bueno en los demás. Así, cuando a nuestro hijo le animamos a afrontar una tarea para él complicada porque confiamos en él, estamos reforzando una imagen segura y con la autoestima alta. También implica animarle ante los fracasos para que vuelva a intentarlo o enseñarle a asumir las consecuencias negativas de una acción que le ha salido mal, aunque el niño haya tratado de hacerlo bien.

El efecto Pigmalión es negativo cuando destruimos la autoestima del niño o adulto a través de comentarios y descalificaciones, cuando sacamos a relucir sus defectos y los destacamos como si fueran los rasgos que mejor le definen: eres un quejica, un vago, un torpe etc.

Cómo mejorar la autoestima de tu hijo teniendo en cuenta el efecto Pigmalión

Si quieres mejorar la autoestima de tu hijo partiendo del efecto Pigmalión, toma nota de estos consejos:

  • Habla con tu hijo y tratad de reconocer juntos cuáles son sus limitaciones. Es importante ayudarle a marcar unos objetivos realistas y posibles.
  • Ayúdale a potenciar las habilidades que posee, que seguro son muchísimas. Para ello, apoya sus iniciativas y elogia sus logros. De este modo, vas a fomentar su autoconfianza y autoestima. Si tú eres la primera persona que le valoras, tendrá más fe en sus potenciales.
  • Haz juicios positivos. En línea con lo que estamos comentando, la autoconfianza y la autoestima están relacionadas con la percepción de cómo tu hijo se ve a sí mismo. Así que procura realizar juicios positivos y olvídate de decir frases o expresiones del tipo: “No te enteras porque eres tonto…”, “No sirves para nada…”, “Aprende de tu hermano…” Este tipo de juicios y etiquetas le van a condicionar negativamente y será más complicado desmontar este efecto Pigmalión negativo en un futuro.

refuerzo de autoestima

¿Cómo podemos ayudarte desde ACM Psicólogos a trabajar la autoestima?

Tanto si lideras un equipo como si eres padre o madre, debes tener en cuenta que tus expectativas pueden influir en el comportamiento y el rendimiento de otras personas, y es importante ser conscientes de este efecto en las relaciones personales y profesionales. Al tener expectativas positivas y motivadoras, podrás ayudar a tus compañeros, a tus hijos, a tu pareja, a tus amigos a alcanzar su máximo potencial.

Y si necesitas ayuda para mejorar la autoestima de tu hijo o la tuya propia, en ACM Psicólogos podemos ayudarte.

Con la terapia cognitivo conductual, nuestros psicólogos pueden aportarte las herramientas necesarias para fortalecer la autoestima, construir una autopercepción mucho más fuerte y prevenir todas las consecuencias negativas.

Contacta con ACM Psicólogos y pide ahora tu primera sesión presencial u online con nuestros psicólogos expertos en terapia cognitivo-conductual o con nuestro psicólogo infantil, si es el caso de tu hijo pequeño o adolescente. Y recuerda que el efecto Pigmalión es un fenómeno real y significativo en la psicología, así que, si alguien nos valora, sin duda aumentará nuestra posibilidad de éxito.

 

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